Los ministros de Defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) sostuvieron el miércoles una reunión en Bruselas (Bélgica) que tuvo como eje las consecuencias de la operación militar rusa en el suelo ucraniano.
Durante el encuentro, los aliados de la Alianza Atlántica han decidido seguir brindando apoyo militar a Kiev, pero sin que sus fuerzas entren en el territorio y el espacio aéreo de Ucrania.
“Los miembros de la OTAN están unidos en sus posturas, ya sea para brindar apoyo a Ucrania o para que las fuerzas de la OTAN no se desplieguen en el territorio o en el espacio aéreo de Ucrania, porque tenemos la responsabilidad de garantizar que este conflicto no se intensifique más allá de Ucrania”, explicó el secretario general del bloque militar encabezado por EE.UU., Jens Stoltenberg, después de la cumbre.
A continuación, Stoltenberg dio a conocer que los miembros de la alianza tratarán en una próxima reunión las medidas urgentes y a largo plazo para fortalecer la defensa del bloque castrense.
Por otra parte, el político noruego anunció un aumento considerable de las tropas de tierra de la OTAN en el este, justo al lado de las fronteras rusas, “con mayor disponibilidad operativa, con mayores capacidades”. Asimismo, consideró necesario que la alianza lleve a cabo “ejercicios más frecuentes y a mayor escala”.
Pese a su promesa de no dejar sola Ucrania en caso de un ataque de Rusia, ninguno de los líderes occidentales apuesta por una intervención militar liderada por la OTAN para defender a Kiev.
Ante tal panorama, el presidente de Ucrania, Vlodomir Zelenski, ha cargado contra los países de la OTAN, acusándolos de dejar “solo” a Kiev y de “no estar listos” para aceptar a Kiev en la coalición militar porque todos tienen miedo a Rusia.
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