• Sistema de misil táctico Iskander-M, de fabricación rusa.
Publicada: lunes, 13 de enero de 2020 17:33
Actualizada: lunes, 13 de enero de 2020 18:32

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) tiene previsto reaccionar en 2020 al despliegue de los sistemas rusos Iskander-M dotados del misil 9M729.

“En lo que se refiere al sistema ruso SSC-8 [código que asignó la OTAN al 9М729] vamos a trabajar en el desarrollo de los sistemas de defensa antiaérea y antimisil y el armamento convencional, vamos a mejorar la disposición para el combate y alargar el tiempo de alerta [de ataque con misiles]”, ha dicho el jefe de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, citado por la televisión alemana N-tv.

Stoltenberg ha agregado que el desarrollo del misil 9M729, que causó tanta polémica últimamente, es parte de la estrategia rusa que decidió elevar la inversión en “el desarrollo del armamento más avanzado, incluido el nuclear”, y ha destacado que los ministros de Defensa de la OTAN ya han acordado las medidas convenientes.

Para hacer frente a esto, ha indicado Stoltenberg, la Alianza Atlántica reaccionará con medidas de carácter defensivo de una forma proporcional y además ha subrayado que la organización no tiene la intención de desplegar nuevos misiles con ojiva nuclear en Europa, al contrario, prefiere reforzar el control de los armamentos.

Los sistemas de misiles tácticos Iskander han sido un tema de constante preocupación para la OTAN, ya que son capaz de realizar ataques de alta precisión a una distancia de 500 km.

Primero el Gobierno de Estados Unidos, bajo la Presidencia de Donald Trump, y luego la OTAN habían declarado que el misil crucero Novator 9M729 de Rusia probablemente viola el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), al tener alcance superior a los 500 kilómetros y por eso, EE.UU. se retiró de este acuerdo internacional clave.

 

El 9M729 es uno de los proyectiles utilizados por el sistema de misiles Iskander. Según sus especificaciones técnicas, su alcance máximo no supera los 500 kilómetros permitidos por el tratado INF.

Moscú ha negado en repetidas ocasiones la salida de EE.UU. del tratado INF y ha rechazado las sospechas del país norteamericano, señalando que las críticas del misil 9M729 eran solo una excusa para abandonar dicho tratado y la razón real fue la aspiración de EE.UU. a desplegar sus propios misiles de alcance medio cerca de fronteras de China para afrontar con el gigante asiático.

El Tratado INF fue suscrito en 1987 entre la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y Estados Unidos para prohibir a ambas partes poseer, producir o probar misiles nucleares y convencionales con un alcance de 500-5500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales.

A principios de agosto pasado, Estados Unidos abandonó oficialmente el Tratado INF, acusando a Rusia de haberlo violado al “desarrollar en secreto” las armas que en el convenio se prohíben, y utiliza dicho pretexto para su posible salida del pacto, junto con la renuencia de otros países, incluido China, a unirse a él. La decisión provocó considerables críticas por parte de Rusia y otros países.

En reacción, Rusia suspendió su participación en el INF, pero al mismo tiempo dejó claro que no desea implicarse en una nueva carrera armamentista, mantiene sus propuestas de desarme, esperará a que la otra parte esté dispuesta a entablar conversaciones al respecto.

Durante los últimos años, el país euroasiático ha modernizado gran parte de su armamento, incluidos misiles, cazas y tanques para hacer frente a los posibles desafíos a su seguridad, y ha probado muchas de esas nuevas armas en sus operaciones antiterroristas en Siria.

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