“Hoy hay al menos 50 simpatizantes de Daesh que trabajan en el aeropuerto (…) ellos tienen tarjetas de seguridad y acceso a la cabina de pilotos de las aeronaves”, se lee en una misiva redactada por el sindicato de la Policía belga (NSPV) dirigida al Ministerio de Interior de Bélgica.
“Hoy hay al menos 50 simpatizantes de Daesh que trabajan en el aeropuerto (…) ellos tienen tarjetas de seguridad y acceso a la cabina de pilotos de las aeronaves”, se lee en una misiva redactada por el sindicato de la Policía belga (NSPV) dirigida al Ministerio de Interior de Bélgica.
La misiva, enviada el viernes al Gobierno belga, lamenta la falta de medidas de seguridad en el aeropuerto Zaventem y exige más seguridad en la zona, por la que los agentes no volvieron a sus puestos de trabajo el viernes, cuando se tenía planeado iniciar las actividades de este aeropuerto.
También recuerda que dicho sindicato ya había advertido el 18 de marzo, cuatro días antes de los atentados, que el aeropuerto estaba vulnerable y podría ser objeto de ataques terroristas si es que no se solucionaban las brechas en la seguridad.
Al mismo tiempo, la misiva presenta supuestas evidencias de que antes de producirse los atentados algunos de los empleados mostraban comportamientos sospechosos y que era altamente posible que estos hayan facilitado a los tres terroristas la información que necesitaban sobre el aeropuerto para llevar a cabo sus ataques.
La carta llega después de que el pasado 22 de marzo, Bruselas fuera sacudida por una serie de explosiones reivindicadas por el EIIL: en el aeropuerto de Zaventem y en la estación de metro de Maalbeek, situada a pocos metros de importantes sedes de la Unión Europea (UE). Las explosiones acabaron con la vida de 31 personas.
Después de los atentados, los extremistas takfiríes han amenazado en reiteradas ocasiones con realizar nuevos ataques brutales en diferentes países europeos, algo que habían hecho ya anteriormente.
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