El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, consideró el martes como posible un regreso de Estados Unidos al acuerdo nuclear de 2015 con Irán—del que se retiró Washington en 2018 bajo la anterior Administración, presidida por Donald Trump—, pero señaló que las dos partes deben estar preparadas para negociar.
“Ellos (Estados Unidos) quieren volver. Pero, por supuesto (...) hay una serie de cuestiones que aún deben aclararse. Entonces no es imposible. Es difícil, pero no imposible”, subrayó el diplomático argentino en su intervención por videoconferencia en una reunión de tres comités del Parlamento Europeo (PE).
Reiteró el compromiso del organismo de control atómico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con trabajar para rebajar las tensiones al respecto, al tiempo que destacó que estaba hablando con ambas partes de manera “imparcial” sobre el futuro del acuerdo, de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Tras abandonar el PIAC, la Administración de Trump recurrió a su llamada ‘presión máxima’ que incluía la reimposición de las “sanciones más duras de la historia” para obligar a Irán, sin éxito, a firmar un acuerdo más intrusivo.
La República Islámica de Irán, la única parte que cumplió el acuerdo a rajatablas durante un año después de la salida de EE.UU., tomó una serie de acciones basadas en el artículo 36 del PIAC, incluida la reducción de sus obligaciones nucleares, para obligar al trío europeo —el Reino Unido, Francia y Alemania— a hacer algo para salvar el pacto.
Durante su campaña electoral, el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, prometió el regreso de EE.UU. al PIAC, sin embargo, ahora se ha negado a levantar las sanciones antiraníes impuestas por su predecesor e incluso ha condicionado su retorno a que Irán cumpla primero con todas sus obligaciones.
El 23 de febrero, Irán detuvo la implementación voluntaria del Protocolo Adicional al Acuerdo de Salvaguardias del Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear que permitió a la AIEA realizar inspecciones con poca antelación de las instalaciones nucleares del país.
La medida fue tomada como parte de una ley, aprobada por el Parlamento iraní en diciembre pasado, que requiere que el Gobierno suspenda más de sus compromisos bajo el acuerdo nuclear, en caso de que Estados Unidos no levante sus sanciones unilaterales antes del 21 de febrero.
Sin embargo, en un gesto de buena voluntad en apoyo de la diplomacia, Teherán llegó a un “entendimiento técnico temporal” con la AIEA, según el cual continuaría usando cámaras para grabar información en sus centrales nucleares durante tres meses, pero retendría la información exclusivamente. Si EE.UU. sigue sin levantar los embargos dentro de ese plazo, Irán, a su vez, eliminará para siempre las grabaciones.
En cuanto al acceso limitado ofrecido por Irán a la AIEA a sus sitios nucleares, Grossi recalcó que aunque es restringido, “permite mantener un registro de las actividades básicas que se están realizando”. “De acuerdo, no es lo mismo que el acceso completo que solíamos tener”, admitió.
El jefe de la AIEA, sin embargo, enfatizó que era importante para los firmantes del JCPOA usar esta “ventana de oportunidad diplomática” de tres meses que Irán ha otorgado para revivir el acuerdo.
“Se abrió una ventana a la diplomacia: 90 días. Espero que durante ese período los participantes puedan alcanzar, o al menos comenzar, un movimiento hacia el Plan Integral de Acción Conjunta. Por supuesto, la agencia participará en eso”, concluyó.
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