De este hecho ha informado, este domingo, Ali Asghar Zarea, asesor especial del jefe de la OEAI, Ali Akbar Salehi, quien ha señalado que las pruebas de frío del citado reactor de agua pesada se completarán en marzo de 2021.
El funcionario ha destacado que Irán tiene la capacidad de producir hasta 25 toneladas de agua pesada por año y que actualmente produce 20 toneladas de esta materia, la cual exporta a varios países.
Zarea, que visitaba una exhibición de los logros nucleares de la República Islámica en la ciudad suroriental de Kermán, ha indicado, en este sentido, que el país persa se encuentra entre los 10 países del mundo con tecnología de ciclo de combustible nuclear, un conocimiento técnico que, ha asegurado, ha enfurecido al Occidente.
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A continuación, el funcionario del sector de la energía nuclear ha puesto de relieve que las actividades nucleares de Irán se han desarrollado por completo a nivel nacional y que la República Islámica se ha vuelto autosuficiente en el diseño y fabricación de diferentes tipos de máquinas centrifugadoras.
Una vez otros (...) no estaban dispuestos a darnos una sola centrifugadora o ver una centrifugadora girando, pero ahora, miles de centrifugadoras están funcionando en las instalaciones de Natanz y Fordo”, indica Ali Asghar Zarea, asesor especial del jefe de la OEAI, Ali Akbar Salehi.
“Una vez otros (...) no estaban dispuestos a darnos una sola centrifugadora o ver una centrifugadora girando, pero ahora, miles de centrifugadoras están funcionando en las instalaciones de Natanz y Fordo”, ha avanzado.
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Además, ha precisado que Irán no tiene secretos y que todos sus logros nucleares son de índole pacífica. “La hostilidad del enemigo nunca disminuirá y la energía nuclear es una excusa”, ha apostillado.
El presidente de Irán, Hasan Rohani, ya advirtió en julio que el reactor de Arak, que se acordó que fuera rediseñado en virtud del acuerdo nuclear de 2015 —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)—, reanudaría sus actividades anteriores después del 7 de julio si los signatarios del pacto no cumplían con sus obligaciones en virtud del mismo, convenio del que se salió EE.UU. en mayo de 2018 de manera unilateral.
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De hecho, tras la medida de Washington, Irán esperó un año antes de tomar acciones, dando así una oportunidad al resto de firmantes del acuerdo para salvarlo. Sin embargo, dado que Europa no ha adoptado medidas prácticas, el país persa decidió en mayo actuar en reciprocidad.
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En este mismo contexto y conforme a los artículos 26 y 36 del pacto, la República Islámica decidió reducir progresivamente algunos de sus compromisos y forzar a sus socios europeos a asumir sus obligaciones.
En concreto, Irán ha dado hasta ahora tres pasos para reducir sus compromisos nucleares: primero, suspendió la venta de uranio enriquecido y el excedente de agua pesada —como lo establecía el pacto— y, segundo, aumentó el enriquecimiento de uranio por encima de los niveles acordados en el acuerdo, es decir, el 3,67 %. Como tercer paso, Teherán activó el pasado 7 de septiembre una cadena de 20 centrifugadoras IR4 y de 20 centrifugadoras IR6.
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