El presidente de Irán, Hasan Rohani, ha informado este miércoles de que la República Islámica va a dejar de cumplir dos de los puntos del acuerdo de 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 —entonces formado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania)—: no exportará su uranio de bajo enriquecimiento (LEU, por sus siglas en inglés) ni su agua pesada durante 60 días, plazo en el cual ha invitado a sus socios europeos a dialogar.
“Teherán necesita solo cuatro días para lanzar el proceso del enriquecimiento de uranio al 20 %”, ha indicado este miércoles el presidente de la OEAI, Ali Akbar Salehi.
“Tal y como ha anunciado el presidente, desde hoy (…) no se nos pide que nos mantengamos por debajo del límite de 300 kilos para el UF6 (hexafluoruro de uranio) enriquecido al 3,67 % ni el de 130 toneladas para el agua pesada, por un período de 60 días”, ha añadido Salehi.
Hablando a la prensa en Teherán (capital persa), Salehi ha recalcado que, conforme al artículo 26 del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés), nombre oficial del acuerdo, si la otra parte incumple sus compromisos Irán puede suspender parte de las restricciones asumidas con el pacto.
Teherán necesita solo cuatro días para lanzar el proceso del enriquecimiento de uranio al 20 %”, ha indicado este miércoles el presidente de la Organización de la Energía Atómica de Irán (OEAI), Ali Akbar Salehi, a la prensa persa.
Además, el alto funcionario ha aseverado que si los cinco países que siguen en el PIAC junto a Irán cumplen las demandas de este en un plazo de 60 días, la República Islámica volverá a cumplir sus obligaciones. Si no, Teherán anunciará nuevas medidas, ha añadido.
En otra parte de sus declaraciones, Salehi ha criticado la retirada unilateral de Washington del acuerdo multinacional, pese a que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) ya ha confirmado en 14 informes el cumplimiento por Irán de todas sus obligaciones.
El 8 de mayo de 2018, EE.UU. se retiró unilateralmente del PIAC por decisión de su presidente, Donald Trump, y restauró todos los embargos que se habían levantado en virtud del pacto. Un año después, Irán ha decidido reducir su nivel de compromiso.
A pesar de que EE.UU. y los países europeos implicados han hablado, tanto antes como después de la firma del acuerdo, de una supuesta amenaza del programa de energía nuclear iraní a la paz y la seguridad mundiales, ellos mismos saben que las actividades nucleares de la República Islámica son de carácter pacífico y que tales afirmaciones son solo exageraciones de tipo político.
Según numerosos expertos, la vigencia del PIAC es necesaria para la seguridad de los países europeos, por el papel clave de Irán en la lucha antiterrorista, por los más de 5 millones de migrantes a los que alberga en su territorio y por su labor para obstaculizar el tráfico de estupefacientes hacia Europa.
Sin embargo, advierten los especialistas, los problemas financieros creados a Irán por las sanciones ilegales de Washington hacen que ya no pueda contribuir a la seguridad europea, por lo que si los Gobiernos del continente verde no convencen a EE.UU. de que vuelva al acuerdo, pronto se enfrentarán a “desafíos imprevistos a su seguridad”.
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