“La acción propuesta para Susiya no solo es injusta, sino refleja una imagen negativa de Israel ante los ojos de otras naciones y en la opinión de gran parte de la propia comunidad judía”, destacaron el lunes los rabinos en una carta dirigida al embajador saliente israelí en el Reino Unido.
La acción propuesta en Susiya no solo es injusta, sino refleja una imagen negativa de Israel ante los ojos de otras naciones y en la opinión de gran parte de la propia comunidad judía”, destacaron los rabinos.
En la misiva abierta dirigida a Daniel Taub, los rabinos pidieron al diplomático israelí que “haga lo que pueda” para detener la destrucción de las viviendas palestinas de Susiya.
Los indignados manifestantes, miembros del grupo Amigos Británicos de Rabinos por los Derechos Humanos (BFRHR, por sus siglas en inglés), reiteraron que la demolición de las casas, además de dejar a al menos 450 personas sin techo, conlleva muchos efectos colaterales.
Según los rabinos, la reciente sentencia emitida por los tribunales israelíes para destruir al menos 37 estructuras en la aldea de Susiya, pone de manifiesto otra injusticia mayor, es decir, el rechazo de las autoridades israelíes al 94 por ciento de los permisos de construcción residencial en esa zona.
“La injusticia en la destrucción de las casas de los aldeanos de Susiya, por lo tanto, es dolorosa”, reza la carta de los rabinos que insisten en que escribieron la carta "fuera de cualquier compromiso con Israel y el judaísmo".
El 16 de este mes, Washington hizo un llamado al régimen de Israel para que evite demoler Susiya.
Días después, la Unión Europea (UE) criticó el plan israelí para "trasladar forzosamente" a los palestinos que viven en Susiya a fin de arrasar este pueblo.
El mes pasado, la corte suprema del régimen israelí dictaminó que las autoridades pueden destruir las viviendas palestinas en Susiya y trasladar a los residentes a la cercana ciudad de Yatta en Al-Jalil, so pretexto de que las casas habían sido construidas sin permiso.
En las últimas décadas, el régimen de Tel Aviv ha intentado reforzar su dominio en los territorios palestinos ocupados a través de distintos métodos como la demolición sistemática de casas, la construcción de asentamientos ilegales y la acogida de colonos.
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