Según el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense se publicaron el martes un nuevo conjunto de 20 documentos clasificados relacionados con el programa nuclear del régimen de Israel.
Los documentos desclasificados del Comité Conjunto de Inteligencia sobre Energía Atómica revelan que, a finales de la década de 1960, Israel alcanzó el umbral de la capacidad armamentística nuclear y llegó a un acuerdo secreto con Estados Unidos para aceptar su estatus de potencia nuclear no declarada.
Los documentos también contienen relatos de visitas de inspección de representantes estadounidenses al reactor de Dimona en 1965, 1966 y 1967.
El mismo año presuntamente se firmó un acuerdo bilateral secreto entre el presidente estadounidense Richard Nixon y la entonces primera ministra israelí Golda Meir, por el que Washington aceptaba el estatus no declarado de armas nucleares de Israel.
De acuerdo con los documentos, ambos partes llegaron a un acuerdo para que Washington dejara de presionar a Israel en la cuestión nuclear, por ejemplo, poniendo fin a las solicitudes de inspección de las instalaciones nucleares israelíes.
El tratado estipulaba que Washington apoyaría las afirmaciones de Israel de que no tenía armas nucleares, y el régimen sionista, a su vez, tampoco hablaría de ellas ni las probaría.
En tal sentido, el informe subraya que, en 1967 había pruebas de que la planta de reprocesamiento de Dimona, situada en el desierto de Néguev, sur de los territorios palestinos ocupados, estaba terminada o casi terminada y que el reactor estaba en pleno funcionamiento, lo que significaba que Israel podría producir un arma nuclear en un plazo de 6 a 8 semanas.
Cabe señalar que ningún funcionario estadounidense había sido autorizado a visitar la instalación nuclear israelí desde 1969.
Israel es el único de la región que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) y siempre se ha negado a cualquier inspección de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Mientras que diversas fuentes indican que Israel desarrolló armamento nuclear de forma encubierta hace más de 50 años y, aunque no admita ni niegue su posesión, es un secreto a voces que tiene entre 200 a 400 ojivas nucleares.
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