El crimen de Aafia Saddiqui: Ser musulmana y criticar al gobierno estadounidense. El castigo: Una sentencia de 86 años de prisión y torturas; el secuestro y desaparición forzada de sus hijos.
Este grupo de activistas por la libertad de la Dra. Aafia Saddiqui demanda respuestas ante la Embajada de Pakistán en Washington. Sin embargo, los diplomáticos se niegan a comentar. Saddiqui, se encuentra detenida desde 2008 a resultas de acusaciones falsas de terrorismo y procesos plagados de omisiones y prejuicios.
Durante esta semana, el presidente de EE.UU., Joe Biden, conmutó 1500 sentencias y liberó a 39 presos. Una delegación que venía a EE.UU. con la hermana de Saddiqui con el propósito de solicitar la libertad de esta quedó en un limbo de visados y negaciones. En redes sociales, la Dra. Fowzia Saddiqui denunció la falta de cooperación de su gobierno y legación diplomática en Washington.
Entretanto y a resultas del fracaso de la delegación para la petición de libertad, desde la cárcel en Carswell en Texas -donde se encuentra detenida Saddiqui- activistas también se unen al llamado por la liberación de esta. En fecha reciente, los abogados de Saddiqui denunciaron abusos sexuales en contra de la detenida, así como restricciones en sus derechos de practicar el Islam.
La crónica de horror de la Dra. Saddiqui es un testamento inmutable del doble rasero en términos de derechos humanos en EE.UU. Mientras que las sucesivas administraciones se han dedicado a criticar el récord de derechos humanos de otros países, aquí en casa propia se tortura, mutila, violenta y encarcela a todos aquellos disidentes o amenazas al estatus quo imperial.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
hae/tmv