En un comunicado emitido el viernes, el Departamento de Estado estadounidense señala que ha puesto en su lista negra a seis entidades implicadas en el comercio de petróleo iraní y seis barcos por involucrarse en el ataque del pasado 1 de octubre de Irán contra bases israelíes en la Palestina ocupada.
Con esta medida, agrega el Departamento de Estado, Estados Unidos intensifica la presión financiera sobre Irán, al limitar la capacidad del país persa de obtener ingresos energético que pueda utilizar en nuevas operaciones contra socios de Washington.
La misma jornada el Departamento de Tesoro de EE.UU. impuso sanciones a una veintena de buques y empresas con sede en el extranjero, todos ellos acusados de estar implicados en el transporte de petróleo y materiales petroquímicos iraníes.
Mediante un comunicado, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, declaró que las sanciones atacan los ingresos procedentes de la industria energética de Irán.
En este contexto, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aseveró que estas medidas coercitivas fueron coordinadas “con aliados y socios, de los cuales varios anunciarán en los próximos días sus propias medidas para hacer que Irán responda por sus ataques”.
El primero de octubre, Irán realizó la operación denominada ‘Verdadera Promesa II’ contra Israel en represalia por el asesinato del líder del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Ismail Haniya; del secretario general del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Seyed Hasan Nasralá, y de un alto comandante del Cuerpo de Guardianes iraní, Abás Nilforushan.
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