“Podré destruir el izquierdismo en este país y dejar la ideología woke [despertar] en el basurero de la historia”, dijo DeSantis, rival del expresidente Donald Trump en las primarias republicanas, en una entrevista concedida a Fox News.
El candidato, de 45 años, afirmó tener “la capacidad para ganar grandes franjas de votantes que los republicanos normalmente no pueden ganar y al mismo tiempo ofrecer la agenda más audaz en cualquier parte del país”.
Prometió, asimismo, no solo vencer al actual presidente, el demócrata Joe Biden, sino también cumplir dos mandatos como presidente, lo que no pudo hacer Trump al no ganar un segundo mandato en los comicios de 2020.
Cargó también contra Disney y Trump por ponerse del lado del gigante del entretenimiento: “Una empresa multimillonaria que sexualiza a los niños no es coherente con los valores de Florida”, subrayó.
En su primer acto electoral el martes en el estado de Lowa, DeSantis aseguró que “al final del día el liderazgo no es hacer entretenimiento o hacer una marca, sino resultados”, en una posible referencia a su principal rival Donald Trump, por ahora favorito en el proceso de primarias republicanas.
El gobernador de Florida admitió en su discurso que Estados Unidos sufrió un declive agudo y culpó de ello a una “nueva forma de izquierda que infecta nuestra sociedad y los valores con una ideología woke [progresista]” que adoctrina en las escuelas y universidades.
Los partidarios de la ideología Woke denuncian la discriminación racial endémica en EE.UU. y dicen estar dispuestos, fuera como fuera, a emprender un juicio definitivo contra el mundo occidental y más en particular contra el hombre blanco.
El término resurgió en la última década con el movimiento Black Lives Matter (vidas negras importan), que nació en rechazo al racismo y la brutalidad policial hacia personas afrodescendientes, pero más tarde se fue más allá de la comunidad negra y abarcó a todo quien está consciente de cuestiones sociales y políticas como racismo.
Muchos políticos en EE.UU., sin embargo, acusan de violencia a los partidarios de la cultura Woke, sin tener en cuenta la responsabilidad del Estado en combatir el racismo.
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