Los ciudadanos estadounidenses se congregan indignados frente a un hotel en pleno centro de Washington. Rechazan la presencia de Bezalel Smotrich, promotor de genocidio, fanático extremista y ministro de finanzas de la entidad sionista. Asistió a una conferencia de inversionistas denominada Israel Bonds, organismo que involucra a financistas en las operaciones terroristas del régimen de Tel Aviv.
Durante su larga carrera en el mercado del odio, Smotrich llamó a “liquidar” a los palestinos de todas las edades en los territorios ocupados; segregar, discriminar y violentar a ciudadanos no judíos y otros grupos. A pesar de las protestas de académicos, organizaciones e incluso algunos legisladores, el Gobierno estadounidense aprobó un visado diplomático para este individuo.
Miko Peled, exoficial del ejército israelí convertido en activista en defensa de la causa palestina, afirmó que el vínculo entre los inversionistas de Israel Bonds y Smotrich revela un entramado de corrupción destinado a seguir robándole las tierras a los palestinos bajo la cobertura del genocidio y la limpieza étnica.
La recepción de Smotrich en Washington equivalente a otorgarle un visado diplomático o protecciones especiales a un genocida o a un terrorista. Sin embargo, esta práctica no es algo nuevo para el Gobierno estadounidense. Y toda vez que los funcionarios de dicho ejecutivo dicen que no se reunirán con este individuo, lo cierto es que su visita da un precedente más de que en EE.UU. los criminales sí son bienvenidos, toda vez que sirven a los intereses imperialistas.
Marcelo Sánchez, Washington.
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