Mediante un comunicado emitido el jueves, el Departamento de Estado de EE.UU. dio a conocer que el secretario de Estado del país norteamericano, Antony Blinken, a petición del presidente, Joe Biden, ha autorizado una nueva entrega de armas para Ucrania.
En efecto, el nuevo paquete militar por valor de 600 millones de euros, eleva la cifra total de ayuda estadounidense otorgada al Ejército ucraniano en 15 810 millones de euros desde el inicio de la Administración de Biden. De acuerdo con el Departamento de Estado, el nuevo paquete incluye armas, municiones y equipos adicionales de los inventarios del Departamento de Defensa de Estados Unidos (el Pentágono).
A su vez, Blinken también ha confirmado la entrega del paquete destacando que “junto con nuestros aliados y socios, estamos entregando las armas y el equipo que las fuerzas de Ucrania están utilizando tan eficazmente”.
Es más, Blinken agregó que EE.UU. en cooperación con más de 50 países, sigue comprometido a apoyar la defensa de Ucrania a lo largo del conflicto.
El anuncio de la nueva asistencia estadounidense para Ucrania coincide con el último viaje de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, a Ucrania, quien informó en la capital, Kiev, que la Unión Europea (UE) ha aprobado un paquete de 100 millones de euros para ayudar a los desplazados internos por el conflicto.
Además, Bruselas también reservó 100 millones de euros adicionales para trabajos de reconstrucción y reparación de escuelas que han resultado destruidas.
Esto mientras que el presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, señala la urgencia en la entrega de más armas por parte de sus aliados occidentales para poder hacer frente a las fuerzas rusas antes de la llegada del próximo invierno. “La seguridad debe proporcionarse con defensa aérea”, ha declarado recientemente el presidente.
Sin embargo, las autoridades prorrusas aseguran que el Ejército de Ucrania no ha recuperado “ni un metro” de sus tierras perdidas.
Además, Rusia advierte a los países occidentales que las armas que entregan “sin pensar” a Ucrania, podrían caer en manos de los terroristas, pero el Occidente hace caso omiso a tales advertencias.
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