• Miembros de la organización estadounidense Voz Judía por la Paz y de la Universidad de California se manifiestan contra la censura de las críticas al régimen israelí.
Publicada: miércoles, 26 de agosto de 2015 10:13

Los ciudadanos judíos de Estados Unidos se distancian cada vez más de la élite de poder judía del país norteamericano, observa el analista político estadounidense Keith Preston.

“Parece que los judíos estadounidenses se están poniendo más a favor de la paz, y menos a favor de adoptar una postura de provocación contra Irán”, ha explicado este viernes Preston a la cadena iraní en lengua inglesa Press TV.

Parece que los judíos estadounidenses se están poniendo más a favor de la paz, y menos a favor de adoptar una postura de provocación contra Irán, observa el analista político estadounidense Keith Preston.

El redactor jefe de la página antimperialista Ataca al Sistema resta importancia a un manifiesto firmado por 340 rabinos para oponerse a las conclusiones alcanzadas el mes pasado por Irán y el Grupo 5+1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania) sobre el programa de energía nuclear persa.

El analista no considera que los firmantes posean influencia alguna “por sí mismos” en la toma de decisiones políticas en Washington, y señala que en Estados Unidos se da una “gran división” entre “judíos seculares” y judíos religiosos o autoproclamados tales.

En este sentido, los segundos suelen ser más conservadores y de línea dura, “auténticos creyentes” en el sionismo expansionista y en su nacionalismo de tipo étnico, explica Preston.

Sin embargo, ese sector no representa a la mayoría de los judíos estadounidenses, que de hecho apoyan la firma de un pacto nuclear con Irán no sólo más que los supuestos dirigentes judíos, sino también más que el común de los estadounidenses, según reveló una encuesta en julio.

Preston indica que los judíos estadounidenses suelen mantener posiciones más izquierdistas que el resto de la gente, y que durante mucho tiempo han tendido a mantener posiciones incluso de extrema izquierda en la mayoría de las cuestiones, pero de carácter ultraderechista en lo tocante a Palestina.

El premier del régimen israelí, Benyamin Netanyahu, arenga a los asistentes a la conferencia política en Washington del Comité Estadounidense para Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, en sus siglas inglesas), 2 de marzo de 2015.

 

Ahora, sin embargo, se da una creciente fractura entre los judíos de a pie y la “élite de poder judía”, caracterizada por su empeño en el mantenimiento de la opresión de los palestinos y su beligerancia frente a la República Islámica de Irán, incluido el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA) sobre el programa nuclear iraní.

Junto a la “derecha dura” representada por el Comité Estadounidense para Asuntos Públicos de Israel (AIPAC, en sus siglas inglesas), se han hecho influyentes también en los últimos años el lobby ‘Calle J’ (J Street, en inglés), que Preston califica de “centrista” y, más a la izquierda, Voz Judía por la Paz (JVP).

La razón, estima el director de Ataca al Sistema, es un “giro acusado a la izquierda de las jóvenes generaciones estadounidenses de todos los orígenes étnicos, incluidos los judíos, también en cuestiones relacionadas con Israel”, según sus palabras.

Pero es el ala aparentemente religiosa y en realidad nacionalista étnica sionista, advierte Preston, la que mantiene mayor influencia en los medios de comunicación a través de columnistas y opinadores afiliados, en los puestos de toma de decisión y entre la élite económica de los milmillonarios.

Persiste además, por otra parte, una corriente secular pero igualmente nacionalista étnica sionista, reconoce el militante anarquista estadounidense.

Los lobbies ultrasionistas estadounidenses, con el AIPAC a la cabeza, llevan a cabo una campaña con grandes medios financieros para influir en los congresistas estadounidenses que en septiembre realizarán una votación sobre el JCPOA.

En las últimas semanas, sin embargo, la Casa Blanca ha logrado el compromiso de aprobar el plan de varios senadores sobre los que había dudas, lo que llevó el martes al presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el republicano Robert Corker, a reconocer que la campaña del Gobierno ha dado resultados.

mla/ktg/msf