María espera hace más de 30 años por algún tipo de documento que le permita tener una identidad en Estados Unidos. Es parte de los millones de trabajadores esenciales que creyeron una y otra vez en las promesas demócratas de una reforma migratoria.
“Después de tantos años no he podido tener acceso a una legalidad. No tengo un ID [abreviación de la palabra “identification”] que me identifique ante las autoridades y he trabajado duro para formar a mis hijos”, denuncia María Pantoja, trabajadora esencial.
El jueves por el Estatus de Protección Temporal o TPS, diversas organizaciones y activistas se congregaron en Washington, capital de EE.UU., para exigirle al presidente Joe Biden que cumpla con sus promesas de campaña. Biden no solo prometió una reforma migratoria integral con una vía para la ciudadanía, pero también soluciones al así llamado Título 42.
Dicen que las “preferencias son odiosas” y mientras cientos de miles de inmigrantes y refugiados de Centroamérica y el mundo se encuentran esperando durante décadas por el beneficio de un Estatus de Protección Temporal, lo cierto es que las sucesivas administraciones, republicanas y demócratas continúan cerrándoles las puertas una y otra vez.
No obstante, en contraste, con toda la facilidad del mundo, hace tan solo algunos días la Administración de Biden dio la oportunidad de este mismo beneficio a más de 100 000 inmigrantes y refugiados ucranianos ¿Cuestión de color de piel? O ¿Cuestión de preferencias?
Marcelo Sánchez, Washington.
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