Según la agencia de noticias británica Reuters, el domingo, Portland, la ciudad más grande del estado de Oregón (noroeste de EE.UU.), fue escenario de duros enfrentamientos; los manifestantes intentaron romper las ventanillas de los coches de los grupos rivales.
El viernes, el jefe de policía, Chuck Lovell, había manifestado durante una sesión que los oficiales no participarían en las peleas para parar los enfrentamientos entre los grupos, agregando que el tratamiento de la policía de EE.UU. de no arrestar los manifestantes “no significa que las personas no serán acusadas de delitos”.
Este enfrentamiento no es algo nuevo en Portland. El pasado 7 de agosto, un grupo vestido de negro y un grupo con los signos de Proud Boys de extrema derecha produjeron un enfrentamiento con spray de pimienta y bolas de pintura.
El suceso del domingo no conllevó ninguna consecuencia grave ni ningún herido por bala. Estas protestas se produjeron en el aniversario de un enfrentamiento que se volvió violento entre multitudes de derecha e izquierda en el centro de Portland, donde el año pasado realizaban una serie de manifestaciones contra el racismo tras el asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía de Estados Unidos.
Floyd, de 46 años, fue asesinado el 25 de mayo de 2020 por un agente del Departamento de Policía de Minnesota. El asesinato generó el “mayor movimiento de protesta en la historia del país” norteamericano para llamar a las autoridades a promulgar leyes que pongan fin al racismo endémico y violencia policial contra las minorías étnicas.
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