“Anunciamos quince imputaciones hechas por la justicia federal”, ha declarado Ken Kohl de la oficina del fiscal federal de Estados Unidos en una rueda de prensa celebrada este viernes.
Entre los procesados se encuentra un hombre acusado de participar en los disturbios llevando 11 bombas caseras en su camioneta, y otro, identificado como Richard Barnett, quien fue fotografiado en la oficina de la líder demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
El jueves, otro fiscal afirmó que no descartaba investigar el papel del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, por caldear los ánimos e incitar a sus partidarios a tomar la sede del Legislativo.
El miércoles, los partidarios de Trump irrumpieron por la fuerza en el Capitolio y suspendieron por unas horas una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes en la que los legisladores querían certificar la victoria del presidente electo, Joe Biden, en las presidenciales del 3 de noviembre. Al menos cinco personas perdieron la vida.
Muchos senadores y congresistas, tanto demócratas como republicanos, culparon al presidente del caos, e incluso los miembros del Gabinete de Trump debatieron la posibilidad de destituir al mandatario, según la enmienda 25 de la Constitución de Estados Unidos.
Los líderes mundiales han expresado su preocupación ante los hechos en el país norteamericanos. China ha comparado el asalto al Capitolio con las protestas en Hong Kong, mientras Rusia e Irán han manifestado que el evento mostró la debilidad de la democracia occidental. Los aliados europeos de Washington, asimismo, han criticado la incitación a la violencia por Trump como “un asalto a la democracia”.
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