Teherán y Pekín han redactado el borrador de la hoja de ruta de cooperación estratégica de 25 años, que establece una cooperación bilateral de carácter integral en muchos sectores, lo que ha causado una gran preocupación entre las autoridades estadounidenses.
Durante un audiencia del Comité de Relaciones Internacionales del Senado de Estados Unidos sobre políticas hacia el gigante asiático, el senador Christopher Coons dijo que “hay informes de que China e Irán están en camino de alcanzar un acuerdo integral que le permita a China invertir miles de millones de dólares en infraestructura y energía y darle un acceso confiable al petróleo iraní barato”.
En este sentido, Coons preguntó al subsecretario de Estado estadounidense, Stephen Biegun, si la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, tiene una respuesta a dicho acuerdo.
“Este acuerdo será sin duda un gran desafío para la campaña de máxima presión [contra Irán]. ¿Tiene el Gobierno una estrategia concertada (…), para responder a la creciente relación Irán-China y aumentar la influencia de China en Asia Occidental como resultado de este acuerdo?”, cuestionó Coons.
A esta pregunta, Biegun respondió que los informes al respecto están incompletos y prematuros, y subrayó que “los iraníes y chinos están discutiendo desde hace un tiempo, pero, todavía no han alcanzado un acuerdo, un pacto de 25 años ahora no existe”.
En sus comentarios de apertura en la reunión, Biegun dijo que Washington monitorea de cerca la cooperación multifacética entre Teherán y Pekín, enfatizando que dicho acuerdo podría ayudar a Irán a aumentar sus “ambiciones militares y actividades destructivas” en el oeste de Asia.
De acuerdo con este convenio, China invertirá miles de millones de dólares en los diversos sectores industriales y comerciales de Irán y será un cliente habitual del petróleo iraní.
Asimismo, el acuerdo tiene varios sectores, a saber: cooperación bancaria, financiera y de seguros, la apertura de sucursales de bancos iraníes y el establecimiento de un banco conjunto de Irán y China, el apoyo político mutuo en foros internacionales, la transferencia de tecnologías de defensa, la lucha contra el terrorismo y ejercicios conjuntos.
Desde que Washington se retiró del Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés) en 2018, ha reimpuesto los embargos a Irán que se habían levantado en virtud del acuerdo. Desde entonces ha amenazado con sancionar a cualquier país que haga negocio con Irán.
Con estas sanciones, Estados Unidos y sus aliados buscan “reducir a cero” las exportaciones de petróleo de Irán, y el acuerdo de asociación entre Teherán y Pekín frustrará este intento norteamericano.
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