“No es una acción militar significativa para los Estados Unidos enviar dos portaviones. Dos portaviones no son una amenaza para China. China puede eliminar los portaaviones a voluntad”, indicó el viernes Paul Craig Roberts, quien fue subsecretario del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en la época del mandato del expresidente Ronald Reagan.
Según Roberts, “esta no es una acción significativa”, sino es una especie de relaciones públicas para que el público estadounidense las mantenga, y crea que su nación tiene enemigos y necesita un presupuesto militar muy fuerte. Asimismo, añadió, “es un producto del presidente de Estados Unidos, Donald Trump”.
Además, explicó que el magnate neoyorquino, debido a haber estado a la defensiva durante todo su mandato presidencial y acusado de ser un agente extranjero, “tiene que demostrar que defiende a Estados Unidos”, y, esto es todo de lo que se tratan los portaviones.
La Armada del país norteamericano, a través de su sitio web, informó el viernes que la Marina estadounidense envió una flota, compuesta por los portaviones USS Nimitz y el USS Ronald Reagan, acompañados por varios buques de apoyo al mar de la China Meridional para “llevar a cabo ejercicios tácticos de defensa aérea” en dicha zona con el fin de “mantener la preparación y competencia para la guerra”.
Esa coyuntura se produce después de que los ejercicios militares del gigante asiático comenzaran a principio de este mes de julio en las mismas aguas, y por los cuales el Gobierno de EE.UU., expresó su preocupación, calificándolos de “contraproducentes”.
Las autoridades chinas critican la presencia militar ilegal de EE.UU. en sus aguas territoriales y recalca que la militarización de la región marítima provoca inestabilidad y tensión. A medida que las tiranteces se agudizan entre EE.UU. y China, se alerta del creciente riesgo de un enfrentamiento entre ambos lados en la zona de Asia-Pacífico.
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