El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, durante una rueda de prensa realizada este miércoles, ha informado que Washington tiene en mano la opción de sancionar el megaproyecto de Nord Stream 2, promovido por Moscú y Berlín, que permitiría a Rusia proveer a Alemania de gas a través del mar Báltico.
“Nuestras expectativas es que quienes participen en el proyecto van a estar sujetos a una revisión sobre potenciales consecuencias” ha amenazado el funcionario norteamericano.
Pompeo ha enfatizado que tal medida se trata de la ley estadounidense para contrarrestar a adversarios a través de sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés), promulgada en agosto de 2017 por el presidente estadounidense, Donald Trump, que podría “poner en riesgo” a las partes que invierten en el gasoducto Nord Stream 2 y una rama de gasoducto turco Turk Stream.
En esta misma línea, Chris Robinson, un alto cargo del Departamento de Estado, ha manifestado que “las herramientas que hemos puesto a disposición hoy van a ayudar” a disminuir la ocupación de Europa por la “agresión rusa”.
Esto mientras que el jefe del Comité de Economía y Energía del Parlamento alemán, Klaus Ernst había alertado sobre las medidas de la Casa Blanca sobre el proyecto Nord Stream 2, haciendo hincapié en que las acciones de EE.UU. en este asunto ya “no necesitan entenderse como un acto de amistad, sino que constituyen una interferencia en la soberanía de Alemania y la Unión Europea (UE)”.
Ese megaproyecto está impulsado por la empresa rusa Gazprom y accionistas de la empresa conjunta ‘New European Pipeline AG’. Se prevé el tendido de dos tuberías de gas con una capacidad total de 55 000 millones de metros cúbicos anuales.
No obstante, la Administración de Trump y algunos países europeos han expresado su rechazo a la construcción del gasoducto, alegando que un aumento de la dependencia europea del gas ruso “amenazaría la seguridad de la región”.
Ante tal gestión de EE.UU., Moscú dice que Washington, con estas medidas trata de obligar a los europeos a comprar gas licuado de EE.UU.; es más, el Kremlin denuncia que Trump utiliza la supuesta amenaza rusa para expandirse y fomentar las tensiones en Europa.
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