Entre las 24 entidades que ahora están sujetas a las sanciones de Washington por acusaciones de presunta corrupción, se incluye la cadena de televisión Globovisión, con sede en las ciudades de Coral Gables (Florida, EE.UU.) y Caracas, la capital venezolana.
El nuevo paquete de sanciones apunta a personas y empresas a las que el Departamento del Tesoro de EE.UU. ha acusado de ser “actores” del Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, que se han beneficiado del esquema de intercambio de divisas para “saquear miles de millones de dólares de Venezuela”.
Según la medida, el empresario Raúl Gorrín, el dueño del mencionado canal privado de televisión, tiene de plazo un año para deshacerse de sus acciones en Globovisión.
El Departamento del Tesoro de EE.UU. también ha declarado que otorga un lapso de tiempo a los estadounidenses para realizar ciertas transacciones relacionadas con la liquidación o el mantenimiento de negocios con el canal de televisión en Coral Gables y Caracas, y ha fijado como fecha límite el 8 de enero de 2020.
Las relaciones entre Venezuela y EE.UU. han estado marcadas, en los últimos años, por las amenazas y sanciones estadounidenses. La actual Administración estadounidense, presidida por Donald Trump, ha endurecido aún más los embargos al país bolivariano, acusando al Ejecutivo de Maduro de vulnerar la democracia.
Asimismo, este nuevo paquete de sanciones sobreviene antes de que Maduro asuma el jueves un segundo mandato de seis años, en medio de las presiones de la oposición venezolana, el llamado Grupo de Lima, guiado por Washington, y ciertos países occidentales, que tratan de impedir su investidura.
Pese a las tiranteces reinantes, Maduro se prepara para juramentar y advierte que responderá con reciprocidad a quienes desconozcan su mandato.
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