• El subsecretario de Investigación y Desarrollo del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), Michael Griffin (drcha.), habla en un acto.
Publicada: viernes, 22 de junio de 2018 6:46
Actualizada: viernes, 22 de junio de 2018 7:21

Pentágono sugiere que se restrinja la admisión de 30 000 estudiantes de doctorado de China en EE.UU. en posgrados tecnológicos para evitar robo intelectual.

Estados Unidos podría verse obligado a evaluar los beneficios de admitir a miles de candidatos doctorales chinos en sus programas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) ante la preocupación por el robo de propiedad intelectual que tanto pregona el presidente estadounidense, Donald Trump.

“¿Deseamos admitir, como lo tenemos hoy, 30 000 estudiantes chinos de doctorado en (diferentes) áreas? ¿Deseamos hacer eso? ¿Creemos que los beneficios superan las (pérdidas)?”, se preguntó el jueves el subsecretario de Investigación y Desarrollo del Departamento de Defensa (el Pentágono), Michael Griffin.

Griffin admitió ante los miembros del Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes que no le corresponde a él decidir cómo se debe proceder sino que está pidiendo a la Administración Trump establecer una estrategia al respecto.

El funcionario explicó que China está facilitando las vías a fin de que los mejores talentos de su país estudien en las universidades estadounidenses, trabajen en laboratorios del sector privado y presten servicio en las empresas contratistas del Pentágono.

Además, advirtió a los legislativos del referido comité que Pekín también está intentando comprar compañías de la cadena de suministro en todo EE.UU.

¿Deseamos admitir, como lo tenemos hoy, 30 000 estudiantes chinos de doctorado en (diferentes) áreas? ¿Deseamos hacer eso? ¿Creemos que los beneficios superan las (pérdidas)?”, se preguntó el subsecretario de Investigación y Desarrollo del Pentágono, Michael Griffin.

Esta alarma en el seno de la Defensa estadounidense se produce mientras EE.UU. y China están inmersos en lo que ambos han asumido, el perfil de una guerra comercial, con Washington acusando a Pekín de violar la propiedad intelectual de este país.

A principios de marzo, Trump anunció que impondría aranceles millonarios valorados en 50 000 millones de dólares a las importaciones de productos chinos a EE.UU., porque a su juicio, las empresas chinas disfrutaban de mayores ventajas tarifarias respecto a sus competidores estadounidenses.

Las razones que llevaron al inquilino de la Casa Blanca a adoptar estas medidas son, por un lado, el alto déficit que Estados Unidos tiene con su segundo socio comercial, China, de 375 000 millones de dólares, y por otro lado, Trump acusa al gigante asiático de atentar contra los derechos de propiedad intelectual de las empresas tecnológicas de Estados Unidos al obligarlas a transferir su tecnología a empresas chinas como condición para hacer negocios entre ambas partes.

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