• Inmigrantes conocidos como ‘dreamers’ (soñadores, en español) protestan por las políticas migratorias del presidente electo de EE.UU., Donald Trump.
Publicada: miércoles, 4 de enero de 2017 2:35
Actualizada: miércoles, 4 de enero de 2017 6:03

El Gobierno de EE.UU. pide a Donald Trump que no use los datos personales de los ‎indocumentados para deportarlos.‎

“El Gobierno de EE.UU. manifestó a los solicitantes que la información personal que proporcionasen no se utilizaría para aplicar leyes migratorias con la excepción de que se determinase que un caso representa una amenaza para la seguridad pública o nacional”, adujo el secretario de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) de EE.UU., Jeh Johnson, en una carta divulgada el martes.

La carta de Johnson, fechada el 30 de diciembre, responde a la petición de un centenar de congresistas para proteger a los 750 000 indocumentados —conocidos como ‘dreamers’ (soñadores en español)— beneficiarios del programa de Acción Diferida (DACA).

El Gobierno de EE.UU. manifestó a los solicitantes que la información personal que proporcionasen no se utilizaría para aplicar leyes migratorias con la excepción de que se determinase que un caso representa una amenaza para la seguridad pública o nacional”, aduce el secretario de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) de EE.UU., Jeh Johnson.

Johnson de igual modo destacó la necesidad de que “esas manifestaciones hechas por el Gobierno de EE.UU., en las que muchos solicitantes del DACA confiaron, deben seguir cumpliéndose”.

Sin embargo, Donald Trump, presidente entrante de los EE.UU., como prometió durante su campaña, pretende deportar a los “soñadores”, al igual que al resto de indocumentados que vive en el país norteamericano.

 

Antes de ser elegido como el presidente, Trump prometió crear “una fuerza de deportación” para expulsar a todos los indocumentados. Si bien, después de las elecciones, dio una giro en su postura, prometiendo la deportación de solo tres millones de inmigrantes.

Trump también ha repetido una y otra vez su deseo de construir un muro en la frontera entre EE.UU. y México, aunque ha admitido que podrían alzarse “vallas” en “ciertas áreas” de los más de 3000 kilómetros de frontera entre los dos países.

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