“Gracias a nuestro disuasivo (potencial) nuclear autodefensivo, confiable y efectivo, no habrá más guerra en esta tierra, y la seguridad y el futuro de nuestro país estarán garantizados firme y permanentemente”, ha asegurado este martes Kim Jong-un, según recoge la agencia estatal de noticias, KCNA.
Durante un discurso pronunciado con motivo del 67.º aniversario del fin de la guerra de Corea (1950-1953), el líder norcoreano ha destacado que Corea del Norte debía tener un “poder absoluto” para “prevenir y frenar la guerra”, y para evitar que “una guerra como la de la década de 1950 se repitiera nuevamente”.
Asimismo, Kim ha condenado “la brutalidad del imperialismo estadounidense” y el aumento de la presión de Washington en contra de Pyongyang.
Mientras tanto, el líder norcoreano ha manifestado que Corea del Norte “ha recorrido el camino del autodesarrollo hacia las potencias nucleares” y ahora se ha convertido en un país que puede defenderse de manera contundente y fiable frente a “cualquier forma de presión y amenazas militares de alta intensidad de las fuerzas imperialistas y hostiles”.
Kim ha advertido que si algún país osa subestimar a Corea del Norte “lo pagará caro”.
El líder norcoreano y el presidente de EE.UU., Donald Trump, se han reunido en tres ocasiones desde junio de 2018, para tratar de llegar a un acuerdo sobre la desnuclearización de la península coreana a cambio del cese de las maniobras anuales conjuntas EE.UU.-Corea del Sur y otras hostilidades norteamericanas.
Sin embargo, las conversaciones se han disipado desde su segundo encuentro en febrero de 2019, cuando EE.UU. rechazó las demandas norcoreanas de mayor ayuda contra las sanciones, a cambio de dejar parcialmente de lado sus capacidades nucleares.
Ante la postura de Trump, Pyongyang insiste en que ya no sirven los diálogos y ha reanudado sus pruebas armamentísticas tras una pausa de 17 meses, mientras acusa a Washington de suscitar provocaciones a través de sus maniobras y bases en Corea del Sur.
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