• Un fragmento del asteroide que cayó en 2008 en el desierto de Nubia, en el norte de Sudán.
Publicada: jueves, 19 de abril de 2018 8:38

Una investigación realizada por la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) revela que el asteroide de ochenta toneladas caído en el 2008 en el desierto de Nubia, en el norte de Sudán, pertenecía a un planeta perdido que se desintegró en los inicios del sistema solar.

Según los autores de este estudio, publicado el martes en la revista científica Nature, los diamantes encontrados en el citado meteorito sólo pudieron formarse en el interior de un astro mayor que Mercurio y menor que Marte.

“Este estudio aporta pruebas convincentes de que el cuerpo (del que procedía el asteroide) era uno de estos grandes planetas perdidos antes de resultar destruido por colisiones”, concluyen los expertos.

De este modo, los investigadores consideran que en sus inicios el Sistema Solar tenía muchos planetas y algunos eran poco más que una masa de magma. Se piensa que uno de esos cuerpos celestes embrionarios, conocido como Theia, se estrelló contra la joven Tierra, y los restos arrojados por la colisión formaron la Luna, el satélite natural de nuestro planeta.

Este estudio aporta pruebas convincentes de que el cuerpo (del que procedía el asteroide) era uno de estos grandes planetas per­didos antes de resultar destruido por colisiones”, concluyen los expertos de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza).

 

“Lo que decimos en el estudio es que tenemos en nuestro poder los restos de esa primera generación de planetas, que han desaparecido porque fueron destruidos o se incorporaron a otros mayores”, explicó Philippe Gillet, uno de los autores del estudio.

El asteroide caído en Sudán, llamado 2008 TC3, se precipitó en la atmósfera a 46.000 kilómetros por hora y estalló a 37 kilómetros de altitud, creando un fulgor tan brillante que fue visto desde aviones que volaban a 1400 kilómetros del lugar. 

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