En respuesta a los comentarios infundados del Reino Unido y Estados Unidos sobre un deterioro de las libertades políticas en Hong Kong, varias autoridades hongkonés reclamaron el viernes a los países extranjeros a dejar de interferirse en los asuntos internos de China.
“Nos oponemos firmemente a las acusaciones infundadas y ridículas contra el Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong, integrante de la República Popular China, realizadas por países extranjeros a través de diversos informes”, señaló el comunicado de las autoridades hongkonés.
Pusieron énfasis en que Hong Kong es una región administrativa local que, a pesar de tener un alto grado de autonomía, depende directamente del Gobierno Popular Central de China.
Esta noticia sale a la luz mientras que Pekín defiende que ha devuelto a Hong Kong “al camino democrático correcto” tras las numerosas protestas contra la promulgación de la Ley de Seguridad Nacional sobre Hong Kong, manifestaciones que fueron alentadas por Estados Unidos.
Washington alega que la legislación china eclipsa la autonomía de Hong Kong. Pekín, no obstante, rechaza cualquier crítica al respecto y asegura que su ley tapa los vacíos legales y otras debilidades en la salvaguardia de la seguridad nacional.
El 20 de noviembre de 2019, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó la denominada Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong, que supone un espaldarazo a las violentas manifestaciones en Hong Kong. Esto, pese a que China había advertido de que tomará las medidas necesarias para responder a la injerencia estadounidense.
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