“No creo que logren usar ningún medio para amenazar al Gobierno, porque creemos que lo que estamos haciendo es correcto”, ha señalado este sábado el ministro de Seguridad de Hong Kong, John Lee, en relación a la aprobación del Parlamento chino de la ley de seguridad nacional sobre el territorio hongkonés: ley que, según asegura Pekín, servirá para mantener la seguridad.
Trump anunció el viernes que iba a eliminar las exenciones y el tratamiento especial de EE.UU. hacia Hong Kong, excolonia británica, ya que, según sus palabras, China ha convertido la política de “un estado, dos sistemas” en “un estado, un sistema”.
El inquilino de la Casa Blanca advirtió que daría pasos para sancionar a China y a los mandatarios que estén relacionados de forma directa o indirecta con la erosión de la autonomía de Hong Kong.
La revocación del estatus oficial de Hong Kong podría cambiar la situación de la excolonia británica, que ha servido durante décadas como la puerta de entrada de China a la economía mundial.
El diario estatal chino Global Times, tras señalar que la nueva medida de Trump forma parte de sus “tácticas de intimidación” contra China, ha advertido de que EE.UU. “la pagará caro”.
Las amenazas de Trump son una reacción a la susodicha ley de seguridad nacional, pues le da a China el derecho a impedir, detener y reprimir toda acción que amenace la seguridad del país, desde actividades secesionistas y subversivas, hasta injerencias extranjeras en los asuntos del gigante asiático y actos de terrorismo.
Pekín ha condenado las injerencias estadounidenses en sus asuntos internos y alertado de que el enfoque de Washington hacia Hong Kong socava las normas básicas de las relaciones internacionales.
El diario portavoz del gobernante Partido Comunista chino People’s Daily ha publicado este mismo sábado una nota, donde se dice que la “grave interferencia” de EE.UU. en los asuntos internos de China está “condenada al fracaso”.
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