El Gobierno de Hong Kong da un paso atrás y ha anunciado la suspensión de su polémico proyecto de ley de extradición de presos a China. Asimismo, el objetivo de la medida es evitar que se produzcan nuevas escenas de violencia en las calles, similares a las del miércoles pasado.
Sin embargo, esta suspensión del proyecto no fue bien acogida por la oposición que exige su retirada por completo. Incluso, los organizadores de las protestas reiteraron que mantendrán su manifestación prevista para el domingo.
Desde China llegaron mensajes de apoyo a la decisión del Gobierno de Hong Kong. Al mismo tiempo, Pekín advirtió que no tolerará injerencia internacional en la crisis de la ley de extradición.
El Ejecutivo trata así de frenar las masivas protestas que se venían sucediendo desde hace una semana en las calles de Hong Kong contra la medida, cuya votación final estaba prevista para el 20 de junio. Sus detractores temen que esta ley abra las vías para perseguir a los opositores políticos. Sin embargo, la medida, según las autoridades, pretende llenar un vacío jurídico que ha imposibilitado la resolución de varios casos internacionales.
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