La Marina de Taiwán colgó en su página oficial de Facebook un vídeo titulado ‘Hacia el 2019’ en el que se muestra pruebas realizadas con nuevos misiles supersónicos, incluidos el misil Hsiung Feng II, disparado desde una plataforma terrestre, y el misil supersónico Hsiung Feng III, lanzado desde una fragata.
El Hsiung Feng III, un importante activo en el arsenal defensivo de Taiwán, puede alcanzar objetivos con gran precisión hasta ciento cincuenta kilómetros de distancia logrando hasta tres veces la velocidad del sonido.
La isla también cuenta con misiles Hsiung Feng (Viento Valiente) IIE y el Yung Feng (Pico Nube), que, de acuerdo con algunos expertos, disponen de un alcance de unos mil y dos mil kilómetros respectivamente, y se espera que estén operativos este año.
Con este arsenal, Taiwán tiene capacidad para atacar objetivos en China, algo que formaría parte de su estrategia de “guerra asimétrica”, que busca responder con acciones no convencionales a la superioridad numérica y de equipamiento bélico de China.
Taiwán anunció a principios de diciembre que incrementará a casi 600 millones de dólares sus gastos en materia de defensa para el año 2019, con 554,86 millones de dólares destinados a la investigación y el desarrollo de armamentos.
Este vídeo, según el experto militar taiwanés Alfonso Yang, tiene relación con el discurso de la presidenta isleña, Tsai Ingwen, quien pidió a Pekín que asuma la “realidad” de la “existencia” política de Taiwán y respete “la insistencia de sus 23 millones” de habitantes por vivir en “libertad y democracia”, y renuncie al uso de la fuerza.
El miércoles pasado, el presidente chino, Xi Jinping, alertó que su Gobierno no renunciaría a la reunificación con Taiwán y haría uso de la fuerza militar para combatir a las fuerzas “separatistas” en la isla.
China considera a Taiwán como parte integral de su territorio, pese a que la isla ha sido gobernada por sus propios ministros y políticos nacionales desde el final de la guerra civil china en 1949.
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