• La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, durante una rueda de prensa en Pekín, capital china, 6 de enero de 2016.
Publicada: viernes, 23 de diciembre de 2016 19:09

China se ha mostrado contraria al deseo de reforzar arsenales nucleares, expresado el jueves tanto por Estados Unidos como por Rusia.

“El país con el mayor arsenal nuclear debe asumir responsabilidades especiales y prioritarias y liderar una dramática reducción de su armamento para crear condiciones que lleven a un desarme atómico completo”, ha señalado hoy viernes en rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying, al comentar las declaraciones de los presidentes de EE.UU. (electo) y Rusia.

Chunying ha hecho hincapié en que China defiende la prohibición y destrucción completas de las armas nucleares y hará todo lo posible para crear un mundo libre de tal armamento.

El país con el mayor arsenal nuclear debe asumir responsabilidades especiales y prioritarias y liderar una dramática reducción de su armamento para crear condiciones que lleven a un desarme atómico completo”, según la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, Hua Chunying.

El presidente electo de EE.UU., Donald Trump, se mostró en su muy activa cuenta de Twitter partidario de "fortalecer y expandir" la capacidad nuclear de su país hasta que el mundo entre en razón respecto a las armas atómicas. Horas antes, su homólogo ruso, Vladimir Putin, había llamado a reforzar el potencial nuclear del país en una reunión con la plana mayor del Ministerio de Defensa.

 

Otro movimiento que podría ser interpretado por China como una señal de advertencia fue que Trump se convirtiera el 2 de diciembre en el primer presidente de EE.UU. en hablar con un líder taiwanés en un cargo oficial desde 1979.

En ese año, el Gobierno norteamericano cortó las relaciones diplomáticas con Taiwán y anunció que Washington reconocía a Pekín como único Gobierno de “una China”, aunque mantiene lazos amistosos no oficiales con la isla asiática.

En este contexto, el nuevo mandatario estadounidense dijo a mediados de diciembre que no se consideraba obligado por la directriz de “una China” de los Estados Unidos respecto a las relaciones con Taiwán, considerado por Pekín como una provincia renegada.

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