Esta fue la tajante respuesta oficial este jueves a una protesta pacífica por el asesinato del joven mapuche Camilo Catrillanca. Carros lanzaaguas, lanzagases, patrullas y piquetes policiales convirtieron el centro de Santiago en una cacería. Desde Singapur, el presidente Sebastián Piñera insiste en vincular a la víctima con un robo de automóviles.
Decenas de organizaciones sociales se unieron en Santiago para repudiar la existencia del comando contrainsurgente llamado Jungla, que asaltó por aire y tierra la comunidad mapuche de Temucuicui.
Catrillanca es el cuarto joven mapuche asesinado por la espalda a manos de carabineros en democracia. Las agrupaciones de derechos humanos concurrieron al palacio de Gobierno.
Alejandro Kirk, Santiago.
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