Un reportaje realizado hace una semana por el canal de televisión chileno 13 destapó este escándalo y llevó al obispo de Rancagua, Alejandro Goic, a suspender a estos sacerdotes y al diácono de la localidad de Las Cabras (a 290 km al sur de Santiago, capital).
Sumida en una crisis por encubrimientos y denuncias de abusos sexuales, la jerarquía católica chilena recibió además la renuncia de Goic a la presidencia del Consejo Nacional de Prevención de abusos sexuales de la Conferencia Episcopal, que investiga denuncias contra sacerdotes.
Este Consejo fue creado en 2011 tras el escándalo provocado por el influyente cura Fernando Karadima, acusado de pederastia y suspendido de por vida por el Vaticano.
Asimismo, a mediados de 2017, con la denuncia de varias víctimas y un recurso legal interpuesto por la Congregación Marista ante la Justicia chilena, en el que se acusaba de pederasta a uno de sus miembros, se abrió un nuevo frente para la Iglesia católica en Chile.
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