Calles inundadas, barrios aislados, corte de luz en miles de hogares, y graves afectaciones en infraestructuras y vías de comunicación, es el panorama que ha dejado el ciclón que golpeó entre los pasados jueves y viernes, el Estado de Rio Grande Do Sul.
El ciclón desató lluvias intensas en un corto periodo de tiempo y provocó vientos superiores a 80 kilómetros por hora. Las autoridades tuvieron que obligar a evacuar a miles de personas de unos 40 municipios. El Ejército se movilizó para ayudar en las labores de salvamento en las ciudades más golpeadas.
Los afectados lamentan los daños, pero se refugian en su fe, con la esperanza de superar estos malos tiempos.
El Gobierno federal se compromete a ofrecer la ayuda humanitaria necesaria y a apoyar los esfuerzos de reconstrucción.
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