El ministro del gobierno interino de Bolivia, Arturo Murillo, reiteró el lunes que están avanzando en la creación de “un aparato especial de la Fiscalía” para apresar a los senadores del MAS por “promover subversión y sedición”, conforme sus propias palabras.
En reacción, Morales denunció que el gobierno autoproclamado, que dirige Jeanine Áñez, lleva a cabo una creciente campaña para criminalizar y encarcelar a todos los políticos, diputados y simpatizantes del Movimiento Al Socialismo (MAS) que denuncian el golpe de Estado y abogan por su regreso, desde México, donde se encuentra en calidad de asilado.
En uno de los mensajes dejados en su cuenta en Twitter al respecto, Morales repudió que las nuevas autoridades del país, “en lugar de pacificación, ordenan difamación y represión contra hermanos del campo que denuncian el golpe de Estado”.
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El dimitido presidente, asimismo, denunció la instalación de “una dictadura” en el nombre de democracia. “(…) Ahora preparan un Estado de Sitio. Sería la confirmación de que pidiendo democracia instalaron una dictadura”, increpó.
Ahora preparan un Estado de Sitio. Sería la confirmación de que pidiendo democracia instalaron una dictadura”, denunció el presidente dimitido de Bolivia Evo Morales.
De igual modo, en otro tuit, Morales indicó que los golpistas exigen al MAS “reconocer al régimen autonombrado inconstitucionalmente”, sin prestar atención a las familias de los indígenas “masacrados” que solo buscaba la verdadera democracia. Morales confirmó a través de su twitter, la muerte de 24 aborígenes.
Adriana Salvatierra, dimitida presidenta del MAS, comparó el domingo los 13 años del Gobierno de Morales con los cuatro días del Gobierno de Jeanine Áñez, cuyas características semejan a una dictadura.
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Dijo que en los últimos tres mandatos del primer mandatario indígena de Bolivia desde 2006, “jamás se veían militares en las calles reprimiendo al pueblo, jamás se veían tanques en las plazas principales de la ciudad o no se vio desplegar aviones para atacar comunidades para sembrar el miedo (…) No existió el desabastecimiento de los productos básicos de la canasta familiar. (Ahora) Los mercados están prácticamente vacíos”, explicó.
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