El jueves, la OEA inició la auditoría de las elecciones presidenciales del 20 de octubre de Bolivia, en las cuales el presidente Evo Morales ganó en la primera vuelta.
El mandatario exigió al candidato opositor, Carlos Mesa, respetar al resultado de auditoría de la OEA. Asimismo, instó a cesar las protestas opositoras hasta que se conozcan el resultado de esta auditoría.
La revisión del escrutinio por un equipo de 30 técnicos fue acordada entre el Gobierno boliviano y el secretario general de la OEA, Luis Almagro, pero la oposición la rechaza y exige la anulación de la votación.
La Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) manifestó su esperanza de que la auditoría siente “las bases para un acuerdo y colaborar a la pacificación del país”.
La auditoría comenzó en medio de protestas convocadas por la oposición al día siguiente de los comicios, y han dejado dos muertos a balazos y cerca de 140 heridos.
Según los resultados del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Morales ganó las elecciones con 47 por ciento de los votos frente a Mesa con 36,5 por ciento. De acuerdo a la ley, la diferencia de 10 puntos le permite a Morales seguir gobernando hasta 2025.
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