Washington no solo no piensa intervenir para resolver lo que se está describiendo cada vez más como una campaña de limpieza étnica impulsada por el Gobierno birmano contra los musulmanes rohingyas, sino que busca fortalecer sus lazos militares con este país asiático, ha informado hoy sábado la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP).
Ni la Administración del presidente Donald Trump ni los legisladores estadounidenses están preparando sanciones o presionando de alguna forma al Gobierno de la líder de facto birmana, Aung San Suu Kyi, añade la fuente para destacar que un proyecto de ley en proceso en el Congreso de EE.UU. habla de mejorar la cooperación militar Washington-Naipyidó.
De hecho, el Senado de Estados Unidos votará la próxima semana una ley de gastos de defensa que podría ampliar la cooperación de la Secretaría de Defensa estadounidense (Pentágono) con el Ejército de Myanmar, acusado de decapitar y quemar vivos a niños rohingyas.
El borrador del proyecto de ley también permite cursos y talleres sobre temas como seguridad marítima, mantenimiento de la paz y lucha contra la trata de personas, según el informe.
Estados Unidos enfrenta una condena internacional por su incapacidad de censurar a Aung San, Nobel de la Paz y supuesta defensora de la democracia y la libertad que mira indiferente el “pleno salvajismo” contra los musulmanes rohingyas.
En los últimos días, las autoridades birmanas han lanzado una fuerte política de represión contra la minoría musulmana Rohingya, masacrando a sus miembros y quemando sus casas. Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el balance por la violencia contra rohingyas ya supera los 1000 muertos.
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