En un comunicado dirigido a los ministros del gabinete israelí, Bar describió a Israel como un “Estado” que atraviesa un “período especialmente difícil y complejo”, y señaló directamente a Netanyahu como el principal responsable de la crisis actual.
Las declaraciones de Bar llegan en medio de un tenso enfrentamiento con Netanyahu, quien ha acusado al jefe del Shin Bet de haber tenido conocimiento previo de la Operación Tormenta Al-Aqsa, llevada a cabo por HAMAS el 7 de octubre de 2023, y de no haber informado a tiempo para evitar el ataque.
Bar ha rechazado estas acusaciones, calificándolas de “totalmente infundadas” y asegurando que son un intento de desviar la atención de una investigación completa sobre el fallo de inteligencia que permitió el ataque. Según Bar, dicha investigación podría poner en riesgo la estabilidad política de Netanyahu.
“Las acusaciones hechas contra mí son totalmente infundadas y son solo una cubierta para otros motivos. Yo personalmente dirigí las negociaciones de intercambio de prisioneros con el consentimiento del primer ministro. El Shin Bet aplica y seguirá aplicando las políticas establecidas por el nivel político”, añadió.
El jefe del Shin Bet también negó cualquier falta de cooperación con Netanyahu desde el inicio de la guerra contra la Franja de Gaza. “Contrariamente a lo que se dice, ha habido colaboración entre mi aparato y el primer ministro desde el comienzo del conflicto”, aseguró.
Sin embargo, Bar no evitó señalar los múltiples desafíos que enfrenta Israel, incluyendo la situación de los 59 prisioneros israelíes capturados por combatientes palestinos durante los ataques del 7 de octubre y que aún permanecen en la Franja de Gaza.
“El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), aún no ha sido derrotado”, reconoció Bar, en un momento en que el régimen israelí ha declarado como uno de sus principales objetivos la destrucción del movimiento.
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