Como una medida para calmar las protestas y temores de una “guerra civil”, el presidente del régimen israelí, Isaac Herzog, presentó este jueves un proyecto judicial llamado “plan del pueblo”, diciendo que había consultado con diversos sectores e insinuando que la supervivencia dentro del régimen depende de llegar a un acuerdo. Los líderes de la oposición Yair Lapid y Benny Gantz han aceptado el plan de Herzog.
“Todo aquel que piense que una verdadera guerra civil, de vidas humanas, es un límite que no alcanzaremos, no tiene ni idea. El abismo está al alcance de la mano”, advirtió el funcionario sionista que, dado su papel protocolario, se ha limitado a pedir repetidas veces a Netanyahu, que detenga el trámite acelerado de los cambios legislativos en el parlamento con el fin de abrir un diálogo con los partidos de la oposición. El premier, por su parte, rechazó cada solicitud.
De hecho, Netanyahu y su coalición no tardaron en rechazar la última propuesta de Herzog, al considerar que no ha sido consultados y que solo “perpetúa la situación existente y no brinda el equilibrio requerido a los poderes”.
Propuesta de Herzog vs. la de Netanyahu
Entre las ideas de la propuesta de acuerdo de Herzog, figura la modificación del comité de selección del alto tribunal para que incluya a tres ministros, al presidente del tribunal, dos jueces y dos funcionarios, que serían designados por acuerdo entre el presidente del tribunal y el ministro de justicia.
Mientras que el proyecto del gabinete de extrema derecha de Netanyahu permite que los políticos designen a todos los jueces del tribunal supremo, y contiene una cláusula de anulación que significaría que una mayoría parlamentaria simple podría invalidar las sentencias de la corte máxima.
De acuerdo a la oposición israelí y diversos analistas, los cambios que propone el gabinete extremista israelí ayudarían a Netanyahu a sortear sus juicios por corrupción, en los que niega todos los cargos.
Ya van once semanas de protestas masivas en Tel Aviv y otras ciudades de los territorios ocupados palestinos, donde los manifestantes expresan su desacuerdo con el gabinete de Netanyahu, al que instan a dimitir y acusan de dictador.
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