En su cuenta en Twitter, el enviado de Naciones Unidas para Asia Occidental, Tor Wennesland, ha expresado su “condena enérgica” por el asesinato a sangre fría de la periodista palestina de la cadena catarí Al Jazeera, Shireen Abu Akleh en la ocupada Cisjordania, además de exigir “una investigación inmediata y exhaustiva” para que “los responsables rindan cuentas”. “Los trabajadores de los medios nunca pueden ser atacados”, ha aclarado en su mensaje.
Otros servicios de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también han roto su silencio ante este crimen israelí, declarándose “consternados” por el asesinato de la reportera palestina mientras cubría una incursión militar israelí en el campo de refugiados palestinos en la ocupada ciudad de Yenín.
“Urgimos una investigación independiente y transparente sobre su asesinato. La impunidad debe terminarse”, ha indicado a través de Twitter la oficina que encabeza alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
We are appalled at the killing of journalist #ShireenAbuAkleh while covering an Israeli military operation in Jenin, #Palestine.
— UN Human Rights (@UNHumanRights) May 11, 2022
Our Office is on the ground verifying the facts.
We urge an independent, transparent investigation into her killing. Impunity must end. pic.twitter.com/EnAYvgHDpv
Por su parte, EE.UU. y la Unión Europea (UE) también han condenado el asesinato de la periodista, pero sin reprochar directamente a Israel como responsable por este ataque brutal.
El portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Ned Price, ha lamentado lo ocurrido y pedido en nombre del Gobierno de Estados Unidos una “inmediata y exhaustiva” investigación sobre el asesinato: “Los responsables deben rendir cuentas. Su muerte es una afrenta a la libertad de prensa en todas partes”, ha indicado en Twitter.
En un comunicado, el Servicio de Acción Exterior de la UE ha adoptado una posición similar, asegurando además que “es inaceptable atacar a los periodistas mientras realizan su trabajo. A los periodistas que cubren situaciones de conflicto se les debe garantizar la seguridad y protección en todo momento”.
La cadena cataría Al Jazeera ha acusado a las fuerzas israelíes de asesinar deliberadamente a su reportera, “a sangre fría”, subrayando que el asesinato fue un “crimen atroz, que solo tiene la intención de evitar que los medios cumplan con su deber”.
Las fuerzas israelíes le dispararon en la cabeza a Abu Akleh, de 51 años, mientras vestía un chaleco de prensa que claramente la marcaba como periodista. Otro periodista palestino, Ali al-Samudi, recibió también un disparo en la espalda, según el Ministerio de Salud palestino.
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