El lunes pasado, seis prisioneros palestinos escaparon de la cárcel de Gilboa, un centro penitenciario de máxima seguridad del régimen israelí.
La prensa local aseguró el viernes que dos de los presos fueron capturados por la policía israelí en Al-Nasira (Nazaret) en el norte de los territorios ocupados. Los aprehendidos fueron identificados como Mahmud Abdulá al-Areza y Yaqub Qadri.
Medios israelíes han anunciado este sábado que otros dos prófugos de la prisión de Gilboa, identificados como Zakaria Zubeidi y Muhamad al-Arda, han sido detenidos a unos 15 kilómetros del penal de máxima de seguridad de donde se fugaron.
Desde la fuga, las fuerzas israelíes dieron inicio a un intenso operativo para dar con los presos, y han arrestado a varios de los familiares de los fugitivos, lo que ha provocado inquietud entre los grupos palestinos, que han amenazado con hacer responder al régimen de ocupación por cualquier daño a los presos.
La fuga expuso una serie de aparentes fallas en la prisión de Gilboa y evidenció una grave brecha de seguridad.
Expertos opinan que Israel ha quedado humillado y se ha puesto en cuestión su capacidad militar y la potencia represiva de sus cárceles. De hecho, el régimen sionista enfrenta a una nación palestina que ya ha incorporado la cultura de la Intifada (levantamiento) y de la resistencia permanente.
Entretanto, desde los propios territorios ocupados admiten que la detención de los presos no socavará el gran logro que han conseguido los palestinos con esta huida. En esta línea, la periodista israelí Dana Bin Shimon destaca que los presos palestinos “retaron a Israel” al romper todas sus medidas de seguridad.
La agencia iraní de noticias Tasnim destaca otra importante consecuencia tras esa fuga; En una nota publicada este sábado, el medio ha resaltado la gran desconfianza desatada entre los residentes de los territorios ocupados hacia el sistema de seguridad del régimen sionista.
“Durará años para que se cure parte de esta confianza. Por lo tanto, si los sionistas logran volver a arrestar a estos prisioneros […], la brecha creada por esta gran fuga no se recuperará durante mucho tiempo”, se lee en la nota.
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