El lunes, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, criticó que la policía que le haya denegado hablar cara a cara con los testigos de los casos de corrupción por los que es investigado.
“Todas las acciones realizadas como parte de las investigaciones relacionadas con el primer ministro se hicieron de manera profesional y exhaustiva”, rezó una nota del ministerio israelí, informó el diario digital Times of Israel.
Según la misma instancia, no es “apropiado” para las autoridades policiales relacionarse con el proceso de investigación y los testimonios en los medios, “ciertamente no en esta etapa”.
Por su parte, fuentes policiales, citadas por el portal local Ynet, indicaron que un careo no apoya a la investigación, al tiempo que subrayaron la existencia de pruebas y documentos para reforzar la evidencia en los casos de corrupción.
Todas las acciones realizadas como parte de las investigaciones relacionadas con el primer ministro (Benjamín Netanyahu) se hicieron de manera profesional y exhaustiva”, dice el ministerio israelí de asuntos judiciales sobre las investigaciones por corrupción.
“No hablamos de un incidente específico en un momento dado, en un lugar determinado, o algo similar a la palabra de alguien ante la palabra de otra persona. Una confrontación no habría cambiado la imagen general del caso”, señalaron las fuentes consultadas.
La policía del régimen israelí ha sugerido acusar formalmente a Netanyahu por una serie de cargos derivados de indagaciones por los casos 1000, que investiga la recepción de regalos de lujo, por valor de 282 000 dólares a cambio de favores, 2000 y 4000, que analizan posibles pactos o intercambio de favores a cambio de coberturas favorables en importantes grupos de comunicación.
Ahora depende de Avichai Mandelblit, el fiscal general nombrado por el mismo Netanyahu, decidir si presentar cargos o no. Por el momento, se desconoce si lo hará antes de las elecciones anticipadas convocadas para abril de este año.
Netanyahu no es el único funcionario israelí sujeto a investigaciones por supuestos cargos de corrupción, pues su esposa Sara también es acusada de malversación de fondos públicos, mientras varias otras autoridades, como el ministro del interior, Arie Deri, es investigado por fraude.
La corrupción sistemática de los líderes israelíes desencadenó numerosas protestas callejeras en el año 2018. Según un sondeo realizado en diciembre pasado, casi la mitad de los israelíes cree que el liderazgo del régimen de Tel Aviv es corrupto.
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