El Senado argentino aprobó el jueves el acuerdo que autorizó el Gobierno del presidente Alberto Fernández con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de refinanciar la deuda de 45 000 millones de dólares contraída durante la Administración del exmandatario Mauricio Macri.
El proyecto fue aprobado con 56 votos a favor, 13 en contra, de legisladores del Frente de Todos (FdT), y tres abstenciones, tras casi nueve horas de debate y varios meses de negociaciones.
“Voto en contra del Fondo Monetario Internacional, que una vez más, como desde 1956, vuelve a imponer las condiciones para repetir los ciclos de endeudamiento, crisis social, valorización financiera y fuga de capitales”, denunció la senadora Nora Giménez, al hablar en la sesión.
A su vez, el ministro argentino de Economía, Martín Guzmán, afirmó, mediante un mensaje emitido en Twitter, que este resultado es un paso firme hacia adelante en el desarrollo de la economía del país.
A pesar de todo, el jefe de Estado aseguró la misma jornada que el acuerdo propuesto no conllevaría ajustes económicos. “Ajuste deberíamos haber hecho, si hubiéramos caído en ‘default’, porque ahí sí no teníamos ninguna salida ni escapatoria”, indicó, en un acto público.
La aprobación del acuerdo tuvo lugar, mientras que un gran número de personas se manifestó frente al Congreso. En las protestas, participaron varias organizaciones sociales, políticas y gremiales, reclamando que el acuerdo con el FMI significa más sufrimiento para el pueblo argentino.
El programa crediticio servirá para refinanciar el préstamo otorgado en 2018 a Argentina durante el Gobierno del Macri, que contempla vencimientos por unos 19 000 millones de dólares este año y otros 20 000 millones en 2023, además de otros 4000 millones en 2024.
Con el traslado de poder en el país latinoamericano, Fernández renunció al resto del préstamo y comenzó a negociar facilidades extendidas para refinanciar la deuda, con menores tasas de interés y plazos de pago de como mínimo 10 años.
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