La relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard, le urgió el sábado a Arabia Saudí el tener acceso al consulado del reino árabe en Estambul, donde tuvo lugar el asesinato de Khashoggi, para realizar investigaciones y aclarar las circunstancias que rodearon la muerte del periodista.
“He pedido acceso al consulado saudí en Estambul y una reunión con el embajador de Arabia Saudí en Turquía. También he pedido permiso para realizar una visita al país árabe”, dijo Callamard en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters, aunque también recordó que, hasta el momento, las autoridades saudíes no han dado respuesta alguna a su petición.
La relatora de las Naciones Unidas calificó de vital la realización de investigaciones por parte de la ONU sobre el asesinato de Khashoggi, ya que, a su juicio, es la única manera por medio de la cual se pueden aclarar los detalles de este crimen y llevar a los responsables del mismo ante la justicia.
He pedido acceso al consulado saudí en Estambul y una reunión con el embajador de Arabia Saudí en Turquía. También he pedido permiso para realizar una visita al país árabe”, dice la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre Ejecuciones Extrajudiciales, Agnes Callamard.
Del mismo modo, confirmó que las Naciones Unidas han pedido la colaboración de otros entes que podrían disponer de información sobre el caso Khashoggi, incluidas varias organizaciones en Estados Unidos, país en el que residía el periodista.
Además, expresó su deseo de que el llevar a los responsables de este caso ante la justicia pueda servir para prevenir que otros actores del Estado saudí traten de atentar contra la vida de periodistas y activistas.
Khashoggi, columnista del diario estadounidense The Washington Post, entró el 2 de octubre de 2018 al consulado saudí en Estambul y nunca lo abandonó. La ONU considera que Riad es responsable de la ejecución extrajudicial de Khashoggi.
Fuentes policiales turcas estiman que el periodista fue asesinado por orden directa del príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, responsable también de la agresión a Yemen y del “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri, en 2017.
Después de que surgieran evidencias de que el asesinato fue cometido por un equipo de saudíes enviado desde Riad, la comunidad internacional demandó una investigación transparente. Turquía y Arabia Saudí han abierto investigaciones por separado sobre el asesinato, pero Ankara ha acusado repetidamente a Riad de no haber cooperado.
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