• El príncipe heredero saudí, Mohamad bin Salman, se reúne con patriarca de la Iglesia cristiana maronita libanesa, el cardenal Bechara Rai, en Riad.
Publicada: viernes, 17 de noviembre de 2017 18:45
Actualizada: viernes, 17 de noviembre de 2017 21:39

Arabia Saudí no sabe cómo hacer frente a Irán debido a su fortaleza y habilidades, según el diario estadounidense The New York Times.

Así criticó el jueves Emile Hokayem, miembro de alto rango del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos en Londres (la capital británica), la política exterior de Arabia Saudí. “Pocas cosas son tan exclusivas como la combinación de poder, ambición y ansiedad, actualmente, estos tres elementos se encuentran en Riad”, afirmó.

Alguna vez, Arabia Saudí fue una potencia prudente y pasiva en la región, pero ha cambiado su postura en los últimos años. La ambición implacable del príncipe heredero Mohamad bin Salman es evidente en sus medidas como detener a los miembros de la familia real y hombres de negocios y, una ambición impulsada para frenar la “influencia de Irán en la región”, de acuerdo con Hokayem.

“Ahora la política exterior y de seguridad de Arabia Saudí está tratando de sobrevivir. En lugar de presionar cuidadosamente a Irán, el enfoque saudí ha sido contraproducente, y por eso, Irán sigue dando pasos hacia adelante”, recalcó Hokayem.

En otra parte del artículo, Hokayem se refirió a la intervención militar de Riad en Yemen, tachándola de “costosa” y “no concluyente”.

Añadió que la agresión saudí a Yemen podría convertir al movimiento popular yemení Ansarolá en algo similar al Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), pero con una excepción: Ansarolá está mucho más cerca a las fronteras saudíes.   

Ahora la política exterior y de seguridad de Arabia Saudí están tratando de sobrevivir. En lugar de presionar cuidadosamente a Irán, el enfoque saudí ha sido contraproducente, y por eso, Irán sigue un paso adelante”, según The New York Times.

 

La última aventura de Arabia Saudí, prosiguió Hokayem, fue la renuncia forzada del primer ministro de El Líbano, Saad Hariri, y su arresto domiciliario en Riad que han desconcertado a muchos en El Líbano y otras partes del mundo.

Hariri dimitió el pasado 4 de noviembre, desatando especulaciones sobre si estaba retenido y si había sido obligado a dimitir por Riad.

Las autoridades libanesas acusan a los saudíes de retener a Hariri y destacan que su renuncia fue una decisión dictada por Arabia Saudí para desestabilizar El Líbano e injerir en los asuntos internos del país.

A su vez, el portavoz de la Cancillería de Irán, Bahram Qasemi, considera que la reciente renuncia Hariri es un nuevo complot extranjero.

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