“Hola, señor presidente: sálveme a mí y a mi familia”, dijo el traductor, que se identificó como Mohammed en declaraciones exclusivas publicadas el martes por el diario estadounidense The Wall Street Journal (WSJ).
Tras la retirada definitiva de las tropas estadounidense y la toma de Kabul, la capital afgana, por los talibanes, Mohammed permanece escondido en el país centroasiático, junto con su esposa y cuatro hijos, después de haber intentado abandonar el territorio afgano infructuosamente durante un año.
Su solicitud para un visado especial para inmigrantes afganos, destinado a los intérpretes y quienes hayan trabajado con el Gobierno de EE.UU., se quedó atascada hace un año debido a que el contratista estadounidense para el que trabajaba perdió los documentos que respaldaban su petición.
Durante los últimos días de agosto, trató, como miles de compatriotas, de entrar al aeropuerto de Kabul para subirse a uno de los vuelos militares de evacuación estadounidense enviados para salir de Afganistán, sin embargo, las fuerzas norteamericanas solo permitían a que él pasara sin su esposa y sus hijos.
Rescate tras un aterrizaje forzoso en plena tormenta de nieve en Afganistán
Según se explica en el medio estadounidense, Mohammed trabajaba como traductor para el Ejército de EE.UU. en el año 2008, cuando dos helicópteros Black Hawk de las Fuerzas Armadas se vieron obligados a realizar un aterrizaje forzoso debido a una tormenta de nieve. Los hechos ocurrieron en un valle a 30 kilómetros de la base de Bagram y al interior viajaba Biden junto con los senadores John Kerry y Chick Hagel.
Ante una petición de socorro enviada por la tripulación, Mohammed, entonces de 36 años, se encargó de ir a rescatar a los tres senadores junto a otros integrantes de la Fuerza de Reacción Rápida de la 82 División Aerotransportada de Estados Unidos. Según relata al rotativo el sargento Brian Genthe, que también participó en la misión, tuvieron que viajar durante horas en un vehículo militar Humvee (4x4) para llegar al lugar donde se encontraban los dos helicópteros varados.
Tras el rescate de los senadores y su traslado a Bagram, Mohammed se quedó, junto a los soldados estadounidenses, en el valle durante unas 30 horas en medio de las temperaturas gélidas para alejar a los curiosos, megáfono en mano, de los Black Hawk.
Ahora, según WSJ, Mohammed es uno de los tantos aliados afganos de EE.UU. que quedaron atrás después del repliegue de las tropas estadounidenses, que concluyó el lunes. “No me olviden aquí”, pidió este hombre a Biden, al tiempo que aseveró estar “muy asustado” sin poder salir de casa.
¿Qué pasó en Kabul?
El 15 de agosto, Talibán tomó el control de la capital afgana, Kabul, sin ninguna resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales, entrenadas por EE.UU., después de que el presidente Ashraf Qani, un aliado de Washington, huyera del país.
Por entonces, miles de afganos que querían escapar del país se congregaron en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul con la esperanza de poder sortear el cordón de seguridad estadounidense que les impedía acceder a la zona aeroportuaria para poder subirse a los aviones extranjeros que les evacuaría del país de Asia Central.
Con el despegue de un avión C-17 de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. desde Kabul que evacuó el lunes al último grupo de tropas estadounidenses en Afganistán, Washington concluyó una campaña invasiva de dos décadas, la cual es considerada la guerra más larga de EE.UU.
Tras retirarse, EE.UU. ha dejado a Afganistán a la merced de los talibanes, sus enemigos durante los últimos 20 años, y en medio de una incertidumbre total con una infraestructura en ruinas y una joven generación a la deriva y un futuro incierto.
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