La televisión yemení Al-Masirah ha informado de que combatientes del movimiento popular Ansarolá han lanzado 50 cohetes contra el Ejército saudí en la región de Asir, donde han acabado con la vida de varios de los militares de los Al Saud. En los bombardeos se destruyeron cinco coches blindados saudíes.
A continuación, las tropas yemeníes han disparado una lluvia de proyectiles de mortero contra los puestos militares saudíes de Saqam y Al-Sabqa, en la región de Nayran, también en el sur del reino árabe. Hasta el momento no hay información sobre las posibles víctimas provocadas por estos bombardeos.
En otra operación heroica llevada a cabo detrás de las líneas enemigas, el Ejército yemení ha causado en la región suroccidental saudí de Jizan, con el apoyo de los combatientes del movimiento popular Ansarolá, más de 40 bajas a las filas saudíes, entre muertos y heridos, según ha informado el portal libanés Alahed.
Además, las tropas yemeníes han destruido por completo siete coches militares saudíes en esta última acción, explica el medio libanés.
El Ejército y las fuerzas de los comités populares yemeníes afirman actuar en represalia por los incesantes bombardeos perpetrados por el régimen de los Al Saud contra la población civil y las infraestructuras vitales de Yemen.
Desde 2015, el plomo saudí ha caído sobre escuelas, mercados, mezquitas y infraestructuras económicas de Yemen. El fuego cruzado ha dañado o reducido a escombros 70 centros sanitarios del país más pobre del mundo árabe.
La campaña de bombardeos ha exacerbado la carestía, bloqueando puertos y aeropuertos de Yemen. El riesgo de hambruna se ha propagado por nueve provincias del país. Las organizaciones humanitarias denuncian las enormes trabas impuestas por Riad al acceso de su personal y al reparto de alimentos y medicinas.
Conforme a las estimaciones de las Naciones Unidas, la campaña militar saudí ha dejado más de 12.000 muertos.
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