El sábado, en la víspera de Nochebuena, el gobernador republicano del estado de Texas (sur de EE.UU.), Greg Abbott, envió tres autobuses con migrantes a la capital, Washington, uno de ellos cerca de la residencia oficial de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris.
En reacción, el jefe de Estado mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha reprochado el acto, durante su rueda de prensa matutina del martes, calificándolo de inhumano y politiquero.
“¿Quiénes envían a estos migrantes? Pues los opositores políticos, pero es una actitud muy inhumana porque estamos hablando de una época de bajas temperaturas, entonces, por su fobia a los migrantes, su xenofobia, y por sus intereses ‘politiqueros’ se atreven a utilizar el dolor y la necesidad de la gente”, ha denunciado.
Al respecto, ha asegurado que tratará el tema “de manera estructural” con su homólogo estadounidense, Joe Biden, cuando viaje el próximo mes de enero al país azteca para participar en la cumbre trilateral sobre el tema de migración, de manera que la gente no se vea obligada a emigrar.
Biden, durante su campaña y nada más llegar a la Casa Blanca, el 6 de enero de 2021, prometió un trato más humanitario hacia los migrantes y solicitantes de asilo, para marcar la diferencia de lo visto durante la Administración del expresidente Donald Trump. Sin embargo, hasta ahora, el líder demócrata no ha cumplido.
La organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó el 9 de diciembre a Joe Biden de usar “guía” de Trump al tratar con migrantes en la frontera. Al respecto, informó que, debido a las políticas de EE.UU., la cantidad de personas que han muerto cruzando la frontera suroeste del país norteamericano superaron las 800 en el año 2022, batiendo así un nuevo récord.
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