El nuevo Gobierno de Italia ratifica su postura antiinmigrantes. Días después de jurar su cargo, el ministro del Interior, Matteo Salvini, arremete contra las políticas de asilo de la Unión Europea (UE).
Salvini reiteró que su país llevará adelante una política migratoria mucho más dura, y que sus líneas principales serán: incrementar el número de centros de repatriación, reducir la cifra de llegadas y aumentar las deportaciones.
Salvini exigió ayuda a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para poder defender las costas sureñas de Italia ante la afluencia de migrantes.
En la misma línea, el nuevo premier italiano, Giuseppe Conte, anunció que busca reformas en las políticas migratorias de la UE, que según Conte, son políticas fracasadas y que han impuesto la mayor carga en los hombros de los países receptores de migrantes como Italia y Grecia.
Según datos oficiales, más de 13 500 inmigrantes llegaron a Italia en 2018 a pesar de los acuerdos firmados entre el antiguo Gobierno italiano y las autoridades de Libia para prevenir las salidas de embarcaciones que desde el verano de 2017 se han reducido alrededor de un 75 %.
smd/rba