El canciller venezolano, Jorge Arreaza, recordó el jueves el fin del embargo a la compra-venta de armas que regía en Irán, en virtud de la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), que validó el acuerdo nuclear de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Ante tal situación, Arreaza consideró “totalmente factible” la compra de armas a Irán, aunque dejó claro que, en la actualidad, Venezuela no tiene nada en concreto, “pero evaluará su pertinencia”.
El ministro venezolano de Exteriores subrayó, además, que Teherán y Caracas mantienen relaciones en diversos ámbitos, entre ellos el comercio, la energía y la industria militar, así como la cooperación en la producción agrícola y pecuaria.
Tales nexos bilaterales datan de los tiempos del fallecido expresidente venezolano Hugo Chávez y se han profundizado aún más durante el Gobierno de Nicolás Maduro, agregó, antes de aseverar que ambas naciones también tienen una posición antimperialista.
Las declaraciones de Arreaza se producen después de que el enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, advirtiera que la Administración del presidente estadounidense, Donald Trump, “eliminará” cualquier misil de largo alcance iraní que pudiera llegar al país suramericano.
En reacción a dicha amenaza, el propio Maduro ya ha rechazado las acusaciones de Washington de la compra de misiles a Irán, y ha señalado que las ideas del Gobierno de EE.UU., expresadas por Abrams, tienen como objetivo prohibir que viajen aviones y buques a Venezuela para entregar al país medicinas, repuestos y otros productos necesarios.
En el marco de la alianza estratégica Teherán-Caracas, Irán envió en mayo a Venezuela cinco barcos cisterna cargados con 1,53 millones de barriles de gasolina y aditivos para abastecer a la nación suramericana sumida en una fuerte escasez de combustible, como resultado de las sanciones ilegales de EE.UU.
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