“Cinco de nuestros soldados murieron y otros cinco resultaron heridos en un ataque con artillería por parte del régimen sirio en la región de Idlib [en el norte de Siria]”, según ha comunicado este lunes la Cartera turca, citada por la cadena de televisión local NTV.
Por su parte, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), con sede en Londres (la capital británica), ha afirmado que el disparo de la artillería siria ha apuntado las posiciones de los militares turcos en la base aérea de Taftanaz, sita a unos 17 kilómetros al noroeste de la ciudad homónima de Idlib.
A su vez, la Presidencia turca, presidida por Recep Tayyip Erdogan, ha alegado que sus militares lanzaron varios ataques de represalia contras las posiciones sirias desde donde se abrió fuego contra las tropas turcas en Idlib.
“Después del ataque, hubo una respuesta equivalente. Los objetivos enemigos fueron inmediatamente destruidos”, conforme ha declarado el director de comunicación de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, en un mensaje publicado en su perfil de Twitter.
La semana pasada también se reportó unos enfrentamientos directos entre el Ejército turco y las fuerzas sirias en la provincia de Idlib, choques que dejaron decenas de muertos en ambos bandos.
La escalada militar entre Ankara y Damasco, no obstante, se intensificó después de que el Gobierno turco había amenazado con atacar a las tropas leales al Gobierno sirio si estas no cesaban sus avances hacia la ciudad de Idlib, considerada último bastión de terroristas en el noreste del país árabe.
A pesar de estas advertencias, el Ejército sirio sigue avanzando en dicha región. En los últimos días, logró arrebatar unas decenas de pueblos y ciudades a los grupos armados y terroristas, llegando a localidades estratégicas de Idlib, cuya liberación podría resultar en una inminente victoria para Damasco.
Damasco denuncia constantemente el pernicioso rol de Turquía, destacando que su presencia ilegal y sus continuas agresiones al país árabe violan tanto el acuerdo de Astaná como el de Sochi y el de Adana.
Bajo el pacto de Adana, que sigue vigente, a las tropas turcas, solamente, se les permite penetrar en territorio sirio hasta un máximo de cinco kilómetros y fue suscrito, únicamente, para que los militares de Ankara se enfrentaran a las milicias kurdas presentes en el norte de Siria, consideradas “terroristas” por Turquía. Pero el Ejército turco ahora se ha adentrado hasta 30 km en el suelo sirio.
Desde el estallido del conflicto en Siria, en 2011, Damasco ha denunciado en todo momento que Ankara pertrecha, entrena y financia a facciones y bandas radicales, a fin de derrocar al legítimo Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, quien ha prometido una y otra vez arrebatar el país a los terroristas y expulsar a los invasores.
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